lunes, 9 de febrero de 2015

Carencia Alimentaria en Puebla


En sólo nueve municipios poblanos, la mayoría ubicados en zonas urbanas, vive un millón de personas que padecen pobreza alimentaria, cantidad que representa al 15.7 por ciento del total de la población del estado. Así lo reconoce la administración estatal en el cuarto informe de labores del gobernador Rafael Moreno Valle, el cual recoge datos de 2010 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). El informe que el Coneval emitió en 2012 ubica a Puebla como el tercer estado con mayor número de personas en situación de marginación, después de Guerrero y Chiapas,  al contabilizar un total de 3.8 millones de poblanos en esa condición en general y a casi un millón que padecen hambre. En el reporte del gobierno estatal indica que son nueve los municipios con los mayores índices de personas con carencia alimentaria, las cuales llegan a 911 mil 430. Cabe señalar que este grupo representa al 15.7 por ciento del total de la población de la entidad, la cual asciende a 5 millones 779 mil 829, según el censo del INEGI correspondiente a 2010. Las localidades con esta problemática son: Puebla (590 mil 511), Tehuacán (96 mil 150), San Martín Texmelucan (44 mil 644), Amozoc (33 mil 951), Cuautlancingo (33 mil 945), Teziutlán (32 mil 264), Atlixco (32 mil 109), Ajalpan (25 mil 241) y Tecamachalco (22 mil 615). A su vez, el número de personas en situación de pobreza alimentaria de esos municipios respecto a su población total, representa el 38.3 por ciento en el caso de Puebla, el 34.9 por ciento en Tehuacán, el 33.6 por ciento en Amozoc, se eleva hasta el 42.8 en Cuatlancingo. Mientras que en Teziutlán representa un 34.9 por ciento, un 25.2 por ciento en Atlixco, 41.6 en Ajalpan y 31.5 en Tecamachalco. En el documento, el gobierno del estado señala que para combatir la pobreza en los municipios, una de las estrategias que llevó a cabo es que los ediles de las localidades más afectadas se adhirieran al programa “Yo sí me sumo en la Cruzada contra el Hambre”, comprometiéndose a que el presupuesto asignado al Fondo para la Infraestructura Social Municipal (FISM) se ejerza en apego a los lineamientos y catálogos correspondientes, con el fin de mejorar los indicadores que establece el Coneval. A través de esa campaña, el gobierno estatal emprendió un esquema de asistencia técnica a los municipios para facilitarles la identificación de las personas susceptibles a recibir ayuda, a través del que se entregaron 63 mil “apoyos”, como estufas ahorradoras, recámaras adicionales, techos de cemento, biodigestores, unidades móviles alimentarias y viviendas dignas, entre otras.

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